jueves, septiembre 30, 2010

Relatividad Histórica

Hace unas semanas nos encontrábamos en Italia con Ximena, volviendo de un maravilloso viaje en bicicleta por Eslovenia y el sur de Austria. La compañía que organizaba el tour había dispuesto un bus para sacarnos del precioso balneario de Velden, en la Carinthia austríaca, para dejarnos en Venecia, cerca de los aviones y los trenes. Ahí arrendamos un vehículo, con la idea de llegar a Roma en dos noches evitando las grandes ciudades. Así, pasamos por pueblos pequeños como Vincenza (y vimos las obras del gran arquitecto
Palladio), Ferrara (donde se filmó El Jardín de los Finzi-Contini), Fiesole (desde donde hay una espectacular vista en altura de Florencia),
Orvietto (probablemente la más bella catedral italiana), el Jardín de los Monstruos (que dio lugar a la famosa novela de Manuel Mujica Lainez, Bomarzo) para finalmente llegar a la ciudad eterna. Esa última noche la pasamos en Roma, y nos dejamos la mañana siguiente para recorrer algunos puntos escogidos con anterioridad; visitamos una exposición de grabados de
Piranesi en la casa de Goethe y pensábamos ir a un museo cerca de la fuente del Tritón antes de ir al Ara Pace, cuando de pronto nos encontramos frente al mercado de Trajano. El mercado está ubicado junto a la famosa columna que lleva el nombre de ese emperador y adyacente al foro de Trajano, junto a la Avenida de los Foros Imperiales.
Se anunciaba una exposición de fotos del cine de 1950 a 1960, titulada "la Dolce Vita", que además permitía visitar el mercado, con explicaciones detalladas de su arquitectura y muestras de los restos artísticos que aún se podían identificar de aquel.

La doble exposición resultó muy tentadora, de modo que nos adentramos en ella. Efectivamente, rememorar el cine de esa época en las fotos de las estrellas italianas de entonces - Marcello Mastroiani, Sofía Loren, Gina Lolobrigida, Claudia Cardinale, Vittorio Gasman - o ver a Alain Delon, a Frank Sinatra o a Charlton Heston con Stephen Boyd (en una Vespa y vestidos para filmar Ben-Hur), , Ava Gardner o Elizabeth Taylor, ataviadas con la moda y los peinados de aquellos años exhibiendo un físico menos intensivo en gimnasios y quirófanos de cirugía estética que las actuales estrellas, fue una experiencia nostálgica.
Revivimos una época pasada, que ya no estaba, de la cual sólo quedaban "ruinas", constituidas por fotos de revistas que ya no circulaban.

Simultáneamente, al recorrer las salas del mercado de Trajano, observando trozos de un capitel exhibido en una plataforma en la que se insinuaba en un dibujo la forma original que lo completaba, o los saldos de frisos expuestos de manera similar , tuvimos la sensación de estar frente a otras ruinas, a ruinas de verdad, a las que siempre habíamos llamado ruinas.

Sin embargo, la pregunta que nos quedó dando vueltas fue: ¿qué diferencia conceptual importante había entre ambas tipos de ruinas? En cierto modo, concluimos, no había ninguna. Ambas formaban parte de un pasado que ya no estaba, y aunque teníamos vagos recuerdos de la época de la Dolce Vita, para la generación de nuestros hijos, ni eso sería válido. Ambas exposiciones no eran más que un trozo de historia...

5 comentarios:

Andrea Brandes dijo...

Álvaro, que alegría leerte nuevamente y que viaje preciosos el que hicieron. Recién leíamos el recorrido con la Antonia, mi hija del medio, y decidimos tomar tu texto como guía de ruta para un viaje que tenemos planeado entre las dos.

Me hago la pregunta acerca de las ruinas, y pienso en el peso que tiene el pasado. Qué tan cerca estamos de Trajano y que tan lejos de la "Dolce Vita", (o al revés) cuando eso que fue, definitivamente ya no está... probablemente la cercanía con esa historia tiene que ver con la historia que nos contemos.
Te cuento que yo también volví a escribir, pero ahora en un blog en el que publico los trabajos de los presos con los que trabajo en la Cárcel de Alta Seguridad, y una que otra cosa que tenga que ver con ellos. http://poesiadesdelacarcel.blogspot.com
muchos cariños para ti y Ximena.

Joe Rotger dijo...

Tu último comentario me da escalofríos.

Me recuerda cuando estuve en Normandía y vi un Jeep en un museo, muy parecido a uno que yo tuve.

En fin, me encanto tu blog y leer tu familiar recuento de viajes. Que bueno que hayas regresado.

Un abrazo.

Joe Rotger dijo...

Alvaro,

Estoy leyendo esto
http://opinionator.blogs.nytimes.com/2010/10/17/morals-without-god/?src=me&ref=general

...para picarte la guía.

Un abrazo.

Carlos dijo...

Hola Alvaro, que buen viaje hicieron!
Un gran abrazo
Carlos Fernández

Anónimo dijo...

Un placer leer su blog. Mis respetos.
Y ojalá retome pronto, no solo con viajes sino con ciencia que también es muy interesante, especialmente viniendo de Ud.
Agradecido.
Cristian