viernes, septiembre 01, 2006

Barrio Rojo y Dulces Chilenos

Cada vez que paso por un peaje de las autopistas concesionadas que salen de Santiago me pasa lo mismo. Me molesta profundamente la oferta de dulces chilenos en las zonas cercanas a éste, porque las vendedoras – algunas veces son también hombres (ver Idioma y Género de este blog) – se paran en la berma con los plumeros con que intentan atraer clientes, sin consideración alguna por la seguridad de sí mismas ni de los automovilistas. Siempre me digo que la dificultad para hacer cumplir esa regla básica es una señal de subdesarrollo, especialmente cuando se ha hecho un esfuerzo importante por transitar hacia el desarrollo, al invertir en subir los estándares de las carreteras interurbanas. Mi molestia se acrecienta cuando llega el momento de pagar el peaje, y se acercan más vendedoras a ofrecerme dulces chilenos, especialmente en aquellos casos en que se previó como parte del diseño de la carretera una zona especial para vender esos dulces, con estacionamiento, puestos de venta y protección contra el sol y la lluvia. Pero no, ellas (os) ignoran ese lugar e insisten en ocupar las bermas y las llegadas y salidas del peaje. Entonces bajo el vidrio y les digo que no, que no les voy a comprar, porque ese lugar no es para eso, y cierro el vidrio con aire “selfrighteous” del que rápidamente me arrepiento, y comienzo un proceso de reflexión de por qué las vendedoras no ocupan la zona construida para ellas y prefieren desafiar los estándares que yo les exijo en mis cavilaciones. Y como siempre, concluyo que ellas calculan que no pueden satisfacer a sus clientes de la manera que la autoridad les propone, y por eso ofrecen sus dulces en la berma, porque creen que ahí pueden ser más exitosas.

Entonces me imagino que una cosa similar ocurrirá con la idea de construir un barrio rojo, donde se pueda concentrar la oferta de comercio sexual de Santiago, ¿Por qué querrán las (os) trabajadores sexuales trasladarse al barrio rojo y no seguir ofreciendo sus servicios donde piensan que a sus clientes les es más conveniente? ¡Qué diferencia tiene el barrio rojo con los estacionamientos con puestos de venta de dulces chilenos? Y concluyo que si en Santiago no hay un barrio rojo que por tradición resulte de manera natural el lugar donde se realice el comercio sexual de Santiago, lo más probable es que esa iniciativa termine consumiendo fondos fiscales sin modificar la conducta de los participantes del dicho comercio.

La conducta de oferentes y demandantes de comercio sexual es demasiado fuerte como para sea cambiada por normas arbitrariamente introducidas por los burócratas de la planificación urbana. Por algo la prostitución sigue existiendo a través de los siglos y por algo la oferta es mayoritariamente femenina. Hay poderosas razones evolucionarías para que así sea, las mismas que hacen prosperar a Playboy y fracasar a Playgirl. ¿Se han preguntado Uds. por qué el desnudo femenino atrae más a los hombres que el desnudo masculino a las mujeres? Todas esas cosas - profundamente arraigadas en pa psiquis evolucionada de los humanos - que hacen tan difícil erradicar la existencia del comercio sexual hacen muy difícil que éste se pueda canalizar artificialmente a un barrio rojo

5 comentarios:

Andres Alemany E dijo...

Alvaro,
creo que los cambios hacia comunidades mas organizadas y repetuosas, es una batalla larga y dura. Otros ejemplos que pudiste haber puesto son:
1. Estacionamientos subterraneos. No se utilizaron hasta que la autoridad fue fuerte en el control de los que estacionaban en lugares no habilitados.
2. Paradereos de buses. No se utilizarán hasta que exista una forma de cambiar la conducta, como lo hicieron en Bogotá y Curitiba.
3. Comercio ambulante en general y venta de productos pirateados.
4. Selección para el ingreso a las universidades. Juan Enríquez habló hace unos días sobre la situación de los titulados de la Universidad Estatal mexicana en que no hay reuisitos para entrar ni para salir, así hoy se lee en los avisos en que se buscan profesionales: que no se presenten los de esta universidad; ya que el mercado no les crée.
5. Comercio de drogas.
Y hay varios otros ejemplos. Más allá de ser la prostitución el oficio más antiguo del mundo -según dice el saber popular- y que esta no va a desaparecer en tanto exista demanda y oferta, hay países que han logrado que la comunidad pueda convivir en forma armónica y respetuosa.
Cuantos años nos llevará, tantos como los que se requiera para que encontremos una solución creativa de acuerdo a nuestra cultura e idiosincracia.

alvaro dijo...

andrés, concuerdo con todo lo que dices. Lo que se necesita para que las personas cumplan con las leyes o reglamentos es lo que los sajones llaman "law enforcemetn", palabra que ni siquiera eziste en castellno. Los "law enforcement officers" se deben encargar que los buses se detengan en los paraderos asignados, que las vendedoras de dulces chilenos no se suban a la berma, quw los comercianes ambulantes no puedan usar la vía pública, etc. Si las personas "sientan" con que su conducta rsultará en una multa, entonces modificarán su conducta.

Pero junto con eso es necesario que las reglas que se le impngan a las personas sean sensatas. En el caso del comercio sexual es necesario ser muy creativo para encontrar una buena solución.

Andrea Brandes dijo...

Claramente, las reglas no sensatas que la autoridad pretende aplicar en sociedades libres, están destinadas a morir.
Existen también normas justas, pero que pueden resultar poco prácticas. Ej: el paso de cebra. Muchos peatones han muerto haciendo uso de su legítimo derecho.
En temas polémicos, la autoridad debe regular cerciorándose que tiene la fuerza para hacer cumplir la medida. De lo contrario, resulta peor el remedio que la enfermedad.
Respecto al barrio rojo, pareciera ser que nuestras autoridades quieren, por fin, cambiar del urbanismo reactivo (o sea cero) a un urbanismo pro-activo. Quieren adecuar un barrio completo para un fin determinado. Veamos que pasa, por ahora va a ser más bien la política del correteo. Van a corretear a los trasvestis y demás comerciantes sexuales, de barrio en barrio.

Febunba dijo...

Qué gran forma d exponer un problema de dimenciones inimaginables.
Pero claro está que no se puede seguir correteando a quienes tienen derecho a ser quienes quieren ser.

Anónimo dijo...

Álvaro siento que tu preocupación respecto de las merengueras de Curacaví u otro peaje, tiene un sesgo de mirada vertical desde la altura que produce la comodidad del asiento del auto cuando se va de viaje. Es raro que chilenos en tan buena posición, les moleste tanto, que otros, en tan mala posición, tengan la necesidad de ganarse la vida, incomodándonos un poco, para mantener a sus familias. Obviamente que para los que no pensamos comprar dulces, sería magnífico que éstos se vendieran en el lugar destinado para ellos y no interrumpieran nuestro placido viaje de país desarrollado. Sin embargo yo alucinaría si en nuestro modesto país pudiéramos tener unos "law enforcement officers" que en primer lugar se preocuparan por aquellos aspectos verdaderamente irritantes e impresentables para un país, que como dices tú "ha hecho un esfuerzo importante por transitar hacia el desarrollo" (¿desarrollo de que? ¿De la riqueza de algunos pocos?), pero en el que hay una clase de chilenos que no escatima oportunidad ni ámbito de negocios para sacar una tajada más grande y ventajosa de lo que realmente le corresponde o de lo que necesita, generando una diferencia económica y por lo tanto social de gigantescas magnitudes, donde se estila bien visto estar en la cima económica alzaprimada por la pobreza de la mayor parte de nuestros compatriotas o compañeros de país. Que deprimente, que discriminación más vulgar y subdesarrollada. Creo que no tenemos consideración alguna por la inseguridad social que esto va generando en nuestro país. Siento que nos hacen mucha falta estas "law enforcement officers" para que nos pudieran ayudar a invertir en subir los estándares éticos de nuestra sociedad y así nuestro avance hacia el desarrollo se constituya de manera que la forma en que algunos se ganen la vida no tenga que producir tanta irritación en otros.
En todo caso comparto contigo el por qué las vendedoras no ocupan la zona construida para ellas. No me cave duda que Ellas calculan que no pueden satisfacer a sus clientes con los estándares que tu les exiges en tus cavilaciones y de la manera que la autoridad les propone, y por eso ofrecen sus dulces en la berma, porque creen que ahí pueden ser más exitosas, con lo que logran su propósito, el de llevar sustento a sus familias.