A propósito de la postura intencional, déjame contarte el siguiente caso real que conocí de primera fuente. Un rabino judío ortodoxo que vivía en Chile (yo soy judío, aunque si has leído otras entradas de este blog, te habrás dado cuenta que soy ateo) quiso sacar una tarjeta de crédito en el entonces Banco Israelita (hoy Banco Internacional). Se acercó al presidente del banco y le indicó su necesidad, a lo que el presidente le dijo que no tenía ningún problema, que llenara los papeles y que él se preocuparía de aprobar su solicitud.
Es que tengo un problema, le dijo el rabino. De qué se trata le contestó el banquero. Que no puedo firmar un pagaré, la ley judía no acepta la tasa de interés implícita en el pagaré que debo dejar firmado. Entonces tenemos un problema, le contestó el banquero. Pero yo tengo una solución, le dijo el rabino, tengo un pagaré especial aprobado por los estudiosos, en que no se menciona la tasa de interés.
El presidente del banco lo pensó un poco y se dio cuenta que en realidad no tenía mayor importancia el tipo de pagaré que firmara, porque seguramente el rabino no gastaría mucho dinero con la tarjeta y, en consecuencia, no era muy grande el riesgo que el banco asumiría. Emitió la tarjeta y el rabino comenzó a ocuparla.
¿Qué tiene que ver todo esto con la postura intencional y el formalismo? Bueno, que el pagaré especial que el rabino andaba trayendo, aprobado por la autoridad religiosa, sólo se diferenciaba del pagaré normal en que en vez de hablar de tasa de interés, decía que el titular vendería algo a un cierto precio y que luego lo compraría más caro. Por lo demás, así entiendo que funcionan los pagarés de los bancos de la península arábiga.
Pero vender algo a un precio para recomprarlo más caro después es, intencionalmente lo mismo que la tasa de interés, aunque formalmente parezca distinto. Y si es lo mismo intencionalmente hablando, ¿a quién creía el rabino que estaba haciendo leso? ¿A Dios? ¿Cree él que Dios no se da cuenta que la intención es exactamente la misma? Firmar un pagaré que tiene la misma intención que otro que sea formalmente distinto no cambia el fondo de lo que está haciendo, y por eso, resulta tan peculiar que ello le sea tan importante al rabino ortodoxo.
Esa forma de razonar es muy típica de la gente que tiende al fundamentalismo religioso. Es gente que cree en la literalidad de la Biblia, en la interpretación estrecha de sus palabras, tanto en lo histórico como en lo moral, que les permite justificar situaciones muchas veces inaceptables.
Ese formalismo para entender los preceptos religiosos va de la mano con la intolerancia (no toleran a quienes interpretan la revelación de una manera no literal), y, por eso, creo que las personas fundamentalistas en lo religioso más que compartir creencias religiosas, comparten un cierto tipo de personalidad, más bien intolerante, que engancha con facilidad con la interpretación formalista y literal de las revelaciones religiosas.
Formalismo e Intencionalidad. No es la única manera en que están relacionadas. Pero para hablarsobre eso, necesito otra entrada.
7 comentarios:
Alvaro
Creo que tocas un buen punto, si el compromiso es con el otro, eso me lleva a mostrar que he cumplido, si el compromiso es conmigo, eso me lleva a sentir que he cumplido
Herman,
Muy de acuerdo con tus comentarios.
En el caso del formalismo jurídico, que permite invalidar un documento legal (y la actividad real que está detrás) por un error de forma, como tú dices, en general no está acompañado del tipo de personalidad intolerante que describí en el caso religioso, sino que normalmente va acompañado de la intención de aprovecharse de esos formalismos, para beneficio propio. Eso ocurre, por ejemplo, en las licitaciones, en las que se deja fuera a un proponenete por las razones formales más absurdas con el objeto de disminuir el número de competidores.
Es cierto que la práctica jurídica requiere de un cierto formalismo, pero me parece que debe haber un espacio para que la interpretación del "espíritu" de marco formal utilizado pueda superar ciertas rigideces formales que forzadamente algunos quieren usar para su propio beneficio. Eso no es fácil de hacer, porque deja que se cuele cierta discrecionalidad indeseada, pero en esa disyuntiva, prefiero algo de discrecinalidad que exceso de formalismo mal intencionado.
El rabino cree que puede timar a Dios, dado que cree que Dios lo hizo a su imagen y semejanza. No sabe que probablemente sea al revés, que ese Dios está contruído a imagen y semejanza del rabino, lo que parece de poco vuelo, por decir lo menos.
Al revés del dicho popular "sin Dios ni ley", nos movemos por la vida con Dios y con ley. Con un Dios que nos sea funcional y se ajuste a las leyes que nos damos. Los fundamentalismos son modos de operar diseñados para inhibir el pensamiento creativo, del cual deriva, en términos prácticos, la libertad. Los fundamentalismos religiosos son herramientas de control que siempre llevan implícito el castigo.
Referente al tema que tocan Herman y tú, respecto de las formalidades inconclusas que pueden dejar sin efecto un contrato, antes de la nueva ley de divorcio, coincido en que se debiera tomar en cuenta el esíritu subyacente al acto jurídico en el momento en que este se realizó, no en qué dice la ley a la pata, el día que uno de los contrayentes se arrepintió del negocio.
Hola:
Es primera vez que vengo por acá y me alegro de haberlo hecho. Encontrar entradas de buen nivel, además de comentarios a su misma altura sorprende gratamente.
Respecto de la historia narrada me gustaría hacer un aporte, aunque entiendo perfectamente que la historia apunta a entregar otro mensaje:
El tema del préstamo de dinero con interés estaba expresamente prohibido en la época bíblica. Ya que se consideraba que el mas afortunado debía auxiliar a su prójimo indigente. Con los años y conforme cambiaba la sociedad
se buscaron alternativas para facilitar la realización de dichas operaciones de tal forma de mantener su carácter ético.
La formula que legaliza el interés se denomina HETER ISKA, un documento que autoriza a ambas partes, deudor y acreedor, a constituir una sociedad.
Yo me imagino (ya que no lo puedo asegurar al no conocer al rabino de la historia) que lo que el rabino llevó es ese tipo de contrato "mediante el cual se permitía al banco obtener ganancias de los fondos dados al rabino". Dicho documento convierte al prestamista en una especie de inversionista, y de tal modo el cobro de intereses se convierte en los dividendos de una inversión.
Espero haber entregado un punto de vista distinto al tema.
Este post viene como perilla al dedo con los fundamentalistas de la política de nuestro pais,que dicen por ejemplo que es delito revelar los usos de los gastos reservados,el delito verdadero es mal usarlos.
esther,
Seguramente el rabino hizo un contrato como el que tú dices, que transforma al prestamista en inversionista.
Pero justamente ese es mi punto, ¿a quien cree que el rabino que está engañando? Si usa un lenguaje de inversionista para ocultar una tasa de interés implícita, se está escudando en un formalismo para evitar que la intención que hay detrás del documento - el préstamo - se explicite, y Dios seguramente lo sabrá.
Saludos,
Alvaro
NADIE QUIERE OCULTAR NI ENGAÑAR A NADIE SOLAMENTE ES LA FORMA QUE LA RELIGION JUDIA TIENE PERMITIDO HACER PRESTAMOS.
CREAN EN D-S Y HAGANLE CASO A LOS RABINOS
Publicar un comentario