domingo, febrero 18, 2007

TONGOY, GUANAQUEROS Y EL EMPRENDIMIENTO

Hace cuatro temporadas que veraneo en Puerto Velero. Este resort balneario está ubicado en la punta noreste de una bella playa, cuyo extremo suroeste es el balneario de Tongoy, sobre la península del mismo nombre. Desde Puerto Velero, cuyos departamentos están a cierta altura sobre el mar, se observa la playa amplia y generosa, de arenas claras, mar azul intenso y un oleaje suave que invita a refrescarse, con una temperatura que no molesta. Al fondo, se observa Tongoy, un accidente geográfico inusual en la costa chilena, al otro lado del cual se abre una bahía aún más grande, que termina en la llamada Punta Lengua de Vaca, porque su silueta recortada contra el sol que se esconde en el horizonte la simula a la perfección. Es un lugar bello y grato para el turista, especialmente para las familias cuyos hijos tienen edades entre seis y dieciséis años, pues tiene instalaciones deportivas y recreativas que invitan al descanso y a la vida al aire libre en un ambiente cerrado y bien protegido.

Continuando desde Puerto Velero hacia el norte, la costa se hace más rocosa, con rompientes amenazantes, salvo por la bella Playa Blanca, y continúa de manera sinuosa, albergando en sus recovecos aves y otra fauna marina, formando una nueva península, la ed Guanaqueros, más larga y grande que la de Tongoy, que abre paso a la caleta de pescadores y balneario del mismo nombre, a su vez el inicio de otra inmensa bahía con estupendas y largas playas de arenas claras que invitan a recorrelas, culminando en el condominio y camping de Morrillos. Una privilegiada zona turística cuyoas potencialidades seguramente serán aprovechadas en las décadas venideras.

El grupo nuestro, constituido por familias como las que he descrito, muchos de ellas con sus hijos en el mismo colegio que los nuestros y compañeros de curso de ellos, se reúne con frecuencia a "conversar" el verano, recorriendo los típicos temas estivales, que van desde la política, el deporte, el pelambre general y un meta-análisis de las vacaciones, o sea, un análisis veraniego de las vacaciones. Rompe la monotonía del descanso los viajes a Tongoy a comprar abarrotes o a adquirir algunos de los estupendos alimentos marinos que ofrece el terminal pesquero, pero también, en ocasiones, a comer en algunos de los restaurantes que ofrece el pueblo. Alternativamente, esas comidas tienen lugar en Guanqueros, cuya oferta gastronómica y de servicio parece más organizada y de mejor calidad.

A lo largo de los años, les he comentado a mis amigos, de manera reiterada, exagerada y quizás exasperante – es posible que focalice mi neurosis en ello – que Tongoy es “un destilado de las peores cualidades de los chilenos”: no progresa, los locales son los mismos, las tiendas no mejoran, no hay innovación, no hay propuestas novedosas, todo parece igual que hace cuarenta años. En cambio, Guanaqueros tiene más vida, los restaurantes se modernizan, hasta hay un pequeño supermercado con tecnología más moderna para adquirir los alimentos, en la noche hay se ve una variada y sana diversión, todo lo cual resulta difícil de entender si ambos pueblos están a sólo quince kilómetros de distancia.

Este año, en uno de mis viajes a Tongoy, llevé “a dedo” a tres trabajadoras de Tongoy que realizan labores domésticas para los veraneantes de los departamentos de Puerto Velero. Les pregunté sobre su pueblo, si progresaba o se “quedaba”. Una de ellas, la de más edad - acercándose quizás a los cincuenta - me dice que más bien está estancado. ¿Por qué? indago. No sé, me contesta. ¿Qué van a hacer? insisto. Luego de un par de segundos de vacilación me responde, con un dejo de indisimulado orgullo, que se están organizando para lograr su vieja aspiración de transformarse en una comuna.

En ese momento mis sospechas sobre lo que pasaba en Tongoy dejaron de ser elaboraciones sesgadas mías y comenzaron a tener sustento en el testimonio de este miembro de la comunidad tongoyana. Ese es justamente el problema pensé. Tongoy no progresa porque espera que ese progreso venga de una resolución administrativa del gobierno central, que les permita tener un alcalde, burocracia propia, puestos de trabajo improductivos propios, capacidad de pelear por platas fiscales de manera directa y no a través del municipio de Coquimbo y que esa redistribución de los impuestos nacionales hacia la comuna de Tongoy sea la palanca de desarrollo del pueblo. El mismo error que acaba de cometer el país al crear dos nuevas regiones: la de Arica y la de los Ríos. Esa errada manera de entender la creación de valor por medio de oficinas públicas en vez de emprender actividades nuevas, que en el caso de Tongoy podría ser ofrecer servicios a los casi 500 departamentos de Puerto Velero y los miles de turistas que lo visitan, no solamente en verano, forma parte de una mentalidad castrante de la iniciativa individual y colectiva, que impide mirar las cosas de otra forma.

Curioso, porque Guanaqueros, que seguramente no puede aspirar a ser comuna – está demasiado cerca de Coquimbo para ello – ni siquiera se plantea esa posibilidad, y, en consecuencia, sus habitantes deben desplegar más ingenio e iniciativa, las circunstancias los impulsan a emprender y prosperar sin esperar que los recursos les lleguen del gobierno central, y los resultados están a la vista, como les repito con insistencia a mis amigos.

La capacidad para emprender la tienen todas las personas, pero son las circunstancias externas – las condiciones de borde, en el lenguaje de la física – las que las activan o inhiben, según el caso. Guanaqueros es un casi de emprendimiento exitoso y Tongoy uno de emprendimiento ausente. Uno quiere resolver sus problemas por sí mismo y el otros espera que se los resuelva el papá fisco. Tongoy desilusiona y Guanaqueros estimula.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Alvaro:

Ahora me vengo a enterar que veraneas en Puerto Velero! Con la familia y un grupo creciente de amigos, entre ellos Carlos, veraneamos en Morrillos hace algunos años y antes lo hacíamos en Tongoy. De haberlo sabido sin duda habríamos ampliado los grupos de conversación y la integración regional, por lo menos entre Morrillos y Puerto Velero; pero también Tongoy y Guanaqueros, donde con bastante frecuencia usamos ir a comer y disfrutar de la buena comida marina y más de algún mosto nacional.

Dejamos de ir a Tongoy y nos pasamos a Morrillos, ya que Tongoy empeoró su oferta de atributos veraniegos, tales como calidad del alojamiento, grupo social, seguridad para los hijos, en suma una oferta vacacional atractiva. En cambio Morrillos, Puerto Velero, Playa Blanca, Las Tacas y crecientemente Guanaqueros, han "escuchado" a los clientes y se han esforzado por satisfacer sus necesidades. Lamentablemente Tongoy, teniendo dones naturales iguales o mejores que sus vecinos (la playa chica de Tongoy para mi gusto es la mejor de Chile), ha optado por tratar de imponerle al visitante una visión más voluntarista de cómo deben ser las cosas, con el resultado que bien describes en tu artículo.

Es posible que la causa del fenómeno guarde relación con esperar que el Estado Coquimbano les resulva los problemas, o bien, que las condiciones de borde de Tongoy le hayan sido negativas; y se requiera de un impulso y liderazgo emprendedor, plasmado en unos pocos liderazgos internos que hagan ver la luz.

En todo caso, propongo que este artículo sea publicado en el diario local y colocado en lugares visbles del pueblo, para ver si esta visión un tanto socialista de los habitantes de Tongoy es posible de ser remesida.

akarmelic dijo...

Don Alvaro: Concuerdo absolutamente con usted, pero no me explico por qué la gente se ilusiona tanto con la creación de entidades gubernamentales. Hace unos dias se promulgó la ley que crea estas regiones y el discurso de la presidenta fue "Hoy estamos modificando algo más que el mapa administrativo, algo más que el mapa de las regiones. Estamos colocando un nuevo punto de referencia para todo el país". Tiene algún sentido todo esto?
saludos

Anónimo dijo...

Pienso que no solamente en regiones se dan casos en que el colectivo que vive por años en ese lugar no progresa y están igual que hace 10 o 20 años atrás, se puede hacer la analogía con las poblaciones en la periferia de Santiago, he tenido también la sorpresa que no han progresado en nada, se dan casos solo en que el estado construye colegios o paimenta calles, pero iniciativa individual cero.

Anónimo dijo...

Realizó un trabajo sobre turismo sostenible en la Región de Coquimbo. Tu artículo me pareció con un punto de vista interesante, por lo que, si no tienes inconveniebte, lo quiero incluir en esta investigación.

Anónimo dijo...

necesito info para ir a veranerar a guianqueros busco una cabaña buena dos dormitorios con servicios alguien tiene algun dato.
saludos
walter ventrera
walterven@yahoo.com